Adentrándonos en el verde de nuevo: Bosques en mitad de la lluvia...

(Si comenzáis a leer el reportaje y no aparecen las imágenes, pulsar aquí)


No recuerdo la última vez que colgué un reportaje, pero se que hace ya bastante tiempo, más del que uno quisiera... Llevo meses en los que me cuesta seleccionar las fotos, buscar el momento adecuado para inspirarme y echarle un rato... No se muy bien el motivo... Pero me cuesta.

Anoche sin embargo, me dije que no me iría a la cama sin volver a compartir nuevamente uno con vosotr@s, que dedicáis parte de vuestro tiempo a leer mi relato y a ver las imágenes que lo acompañan. Me venció el sueño... Pero bueno, terminado queda hoy...

En este no aparecen grandes montañas, infinitos paisajes, laderas nevadas... En este caso es una mirada interior, quizá a mí mismo, pero sobre todo a esos bosques que en estos días de lluvia recuperan su máximo esplendor y rebosan de agua y verdor...

Así que salvando las distancias con tantos otros reportajes, aquí os paso a relatar de un día pasado por Cortes de la Frontera, hace un par de semanas...

Doy un paseo por el pueblo que a las primeras horas de la mañana y con la lluvia que caía parecía casi desierto...

Me paro a contemplar el ayuntamiento, ejemplar y monumental edificio...




Y su fuente, donde espero poder volver siempre a beber. Dicen que quien lo hace siempre vuelve...




Tras una vuelta por la localidad de Cortes de Frontera, me marcho hacia uno de mis lugares favoritos...

Una última mirada atrás para contemplar Cortes, antes de perder la localidad de vista...




El día se presentaba gris, lluvioso... Pero las ganas de disfrutar de la naturaleza superan las inclemencias o incomodidades de la meteorología, y me dispongo a sumergirme en uno de esos bellos y mágicos lugares... Los bosques...

La Garganta de la Pulga se muestra rebosante con las abundantes lluvias caidas...




Quien diría que este río en verano está seco, que sólo se ven las piedras del fondo...




El bosque respira bajo el acoso de las nubes, que no cesan en su empeño de empapar la tierra...




Y llego a mi conocida y querida Garganta del Palancar... Un lugar especial para mí...




Nunca la había visto con semejante caudal de agua...




Con estos cambios de aspecto, cada vez parece un lugar distinto, diferente...




Como siempre, un solemne saludo y curiosa contemplación al "quejigo araña"...




Toda esta agua aumenta el vigor de la belleza y de lo mágico del lugar...




Y observo la característica y antropizada imágen del alcornocal descorchado, propio de estos montes...




No es de extrañar que con tanta lluvia y humedad proliferen los hongos por doquier...




Las piedras de arenisca lucen su mullido y aterciopelado verde, del abundante musgo...




Los quejigos se suman al tapizado en su recorrido vertical...




El agua corre garganta abajo, rodeada de helechos, quejigos, madroños y brezos...




Cortinas de agua continua se deslizan entre las rocas en su discurrir por el cauce...




La fuerza de la corriente hace que jirones acuáticos salpiquen por todos lados...




En cualquier lugar se puede encontrar una conjunción bonita y particular de los elementos del bosque...




Hojas muertas... Rocas quietas... Musgo vivo...




Pequeñas cascadas desbordadas se desparraman por todos los rincones...




Portentosos quejigos parecen estar siempre queriendo abrazar el cielo con sus innumerables ramas...




El marrón color tinto del alcornoque descorchado acentúa el contraste del bosque y de su colorido...




Ventanas al exterior del valle nos muestran lo que hay más allá de las copas de los árboles...




Los helechos se establecen y adornan los troncos y ramas de los robles andaluces...




Las nubes se apoderan del valle y oscurecen los dominios del bosque...




En algunos tramos sigo esta pista para trabajos forestales...




Los líquenes se suman al engalanado de la vegetación...




Y llego a la parte que más ganas tenía de visitar. Esta preciosa zona abierta de la garganta...




Hay más agua de la que parecía, y ésta supera con velocidad y sonoridad los resaltes...




Se escapa por decenas de caminos que va inundando en su descenso...




Aprovecho este bonito rincón para aparecer en la foto...




Y sigo subiendo por esta ladera contemplando este bonito tramo de la garganta...




El sonido del agua hace más bonitas aún estas estampas, lástima que no lo podáis escuchar...




Voy dejando abajo toda esa agua que se arremolina entre las rocas y sus saltos...




Por multitud de sitios se suman al caudal de la garganta numerosos arroyos de escorrentía...




Los quejigos flanquean por todas partes el curso del agua...




Sin apenas hojas, ahora los árboles permiten que llegue algo de luz al interior del valle...




Lugar rebosante de agua, de vida, de colores, de contrastes...




La lluvia inunda los caminos y las rodadas de los vehículos a su paso...




Es difícil no admirar a cualquiera de estos imponentes árboles...




Última mirada atrás a la zona de resaltes, que multiplican las pequeñas cascadas del río...




Aunque apenas se aprecia, por ahí me vigilaba un jovén ciervo, al que observo detrás de un árbol...




Arreciaba la lluvia, a la vuelta, en la bajada; y apenas me entretuve a realizar más fotografías... Pero disfruté como pocas veces, de un entorno solitario, y aunque triste y gris en su aspecto invernal, embellecido enormemente por la humedad reinante...

A parte de a tí, que has dedicado parte de tu tiempo a ver este reportaje, se lo dedico a los árboles que visité y a la lluvia que me acompañó... Unos inmóviles, los árboles, durantes esos cientos de años que vivirán en esos parajes... Maravillosos seres. Las otras, incesantemente en movimiento, la lluvia, esas innumerables gotas que caen del cielo, que empapan la tierra, forman charcos, arroyos, ríos, y dan vida a todo lo demás. En estas salidas de días poco apetecibles nos regalan momentos únicos, de maravillosa y auténtica naturalidad...

Espero haberos transmitido algo de lo disfrutado aquel día y de lo que siento por esa increible naturaleza que tenemos la fortuna de poder disfrutar...

Un gran saludo...

Joaquín


P.D.: Agradecería muchísimo a nuestro webmaster que hiciera posible al menos que apareciera la imágen previa de los enlaces a imágenes alojadas en otros servidores o sitios web... Muchas gracias.

"Siempre anhelando blancas y altas montañas, preciosos y verdes valles, frondosos y mágicos bosques... Siempre deseando estar allí." Alkelo

Joaquín, un repor chuísimo, parece que estaba oyendo el agua. Y los árboles son mágicos, gracias. Esos paseíllos solitarios molan mogollón de vez en cuando verdad? un besico

Muchas gracias por compartirlo, Joaquín, me encanta tu reportaje!!! Éste es el momento de arrepentirnos de no haberte acompañado...

Saludos

Precioso, impresionante. Gracias Joaquín